“Monumento” el Jueves Santo.
El
sentido del “monumento” el Jueves Santo. (Milton Pizarro)
Terminada la distribución de la Comunión, en la Misa
Vespertina de la Cena del Señor, las rúbricas del Misal indican que se deja
sobre el altar el copón con las hostias consagradas para la Comunión del Viernes
Santo. Terminada la oración después de la comunión, el sacerdote inciensa el
Santísimo Sacramento, recibe el velo humeral, toma el copón y lo lleva en
procesión –con cruz, velas e incienso- al lugar de la reserva previamente
preparado. Mientras tanto se entona un canto eucarístico. Al llegar, deposita
el copón en el lugar de la reserva y lo inciensa. Después de unos momentos de
adoración en silencio, el sacerdote y los ministros, hacen genuflexión y se
retiran. Hasta aquí hay claridad acerca del rito. La discusión está en el
sentido del “monumento”, dado que en la práctica se termina haciendo, en
ocasiones, cosas que no corresponden con su finalidad. Aquí les explicamos:
El
sentido de la reserva del Santísimo Sacramento: (Dolores Orquera)
La reserva debe realizarse con austera solemnidad y se ordena
esencialmente a la conservación del cuerpo sacramental del Señor, para la
comunión de los fieles en la Celebración litúrgica del Viernes Santo; a la vez,
la reserva está puesta para la adoración del Santísimo Sacramento instituido en
este día y para el Viático de los enfermos. La piedad popular es especialmente
sensible a la adoración del Santísimo Sacramento, que sigue a la celebración de
la Misa en la cena del Señor. En ese sentido, se invita a los fieles a que
dediquen alguna parte de la noche a la adoración. Si se prolonga después de la
media noche, la adoración debe hacerse sin solemnidad. En síntesis, la reserva
está puesta para la recepción de la sagrada comunión el Viernes Santo, para la
adoración y para el viático de los enfermos.
La adoración delante de la reserva del Santísimo Sacramento: (Xavier Ortega)
Orar y meditar delante de la reserva del Santísimo Sacramento
es volver la mente y el corazón sobre el misterio celebrado poco antes en la
Misa Vespertina, especialmente al misterio de Jesucristo hecho pan de vida para
la humanidad. La Carta circular sobre la preparación y celebración de las
fiestas pascuales considera oportuno leer durante la adoración una parte del
Evangelio de San Juan (cap.13-17). Así, pues, dispongamos convenientemente a escuchar
a Cristo Pan de Vida.
GUÍA DE ADORACIÓN AL
SANTISMO
1.-ORACIÓN (Ruth Déleg)
Señor Jesús, en esta hora de silencio y de paz, al
adentrarnos en la noche de tu entrega, en que las sombras de la inquietud se
acercan, queremos estar contigo que nos amas hasta el extremo. Tú has puesto
para nosotros lo que tú eres; nosotros ponemos ante Ti lo que somos, para
adorarte en espíritu y en verdad. En la intimidad profunda de esta noche santa,
en que tus palabras son tu testamento, tu voluntad última, tu oración, haz de
nosotros amigos fieles, discípulos verdaderos, enamorados de tu amor. Es noche
de Alianza Nueva, de banquete del Reino; noche sacerdotal en que del todo te
consagras; tiempo de orar y velar... Noche de gracia en que nos salvas. Acepta,
Señor, nuestra compañía en esta hora; siembra en nosotros tu Evangelio y haznos
capaces de vivir contigo y desde Ti todas las cosas, amando, como Tú, hasta el
extremo.
2.-CANTO. PERDÓN, OH DIOS MÍO. (Bélgica Campoverde)
Perdón, oh Dios mío.
Perdón, indulgencia.
Perdón y clemencia.
Perdón y piedad.
Perdón y piedad.
Pequé, ya mi alma
su culpa confiesa.
Mil veces me pesa
de tanta maldad,
de tanta maldad.
Perdón, oh Dios mío……
Por
mí en el Calvario
tu
sangre vertiste;
en
la Cruz estuviste
por
mí hasta expirar,
por
mí hasta expirar.
Perdón, oh Dios mío……
3.- Te invitamos a comenzar poniéndote en presencia del Señor, con esta oración.
(Magdalena Campos)
Hacerlo despacio renovando tu fe en cada palabra:
¡Bendito y alabado sea Jesucristo en el
Santísimo Sacramento del Altar!
Tú lo prometiste: estaré siempre con ustedes
hasta el fin del mundo, y lo has cumplido haciéndote Pan de Vida. Jesús,
creo firmemente que estás
presente en este Sacramento. Por eso vengo a
adorarte y reconocerte como
Señor de mi vida; pongo todo mi ser en tus
manos, para que lo sanes, lo nutras, lo bendigas y lo colmes con la fuerza de tu
amor. Dame la gracia de encontrarme contigo y colma mi
corazón con tu misericordia.
Amén
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. (Jn 15, 1.4-5)
Miramos, contemplamos los signos de la Eucaristía: el pan y el
vino, signos de la entrega de Jesús. Y el sagrario, expresión de su presencia
permanente entre nosotros. Señor Jesús, tenemos mucho que agradecerte. Vivimos
hoy como comunidad, como Iglesia, gracias a la Eucaristía. Sal a nuestro
encuentro y enséñanos a descubrir los signos de tu presencia en nuestras vidas.
Haznos crecer en deseos de conocerte y permanecer junto a T¡, para que nuestra
norma de conducta sea siempre vivir siempre imitando tu ejemplo y dando frutos
de bondad, de alegría, de perdón y de unidad. Nos pides permanecer, ser fíeles,
crecer en nuestra pobre fe, alimentar nuestra vida con tu presencia y para esto
es necesaria la intimidad contigo, buscar los momentos para encontrarte, para
conocerte, para vivir contigo, en Ti...
Nos preguntamos personalmente
¿Dónde alimentamos nuestra permanencia?
¿Descubrimos la Eucaristía como ese espacio de comunión, de
encuentro con los hermanos y con Dios, como lugar donde alimentar nuestra fe?
¿Tenemos en nuestra vida espacios de oración personal y comunitaria para crecer
en la intimidad con Él?
6.- ORACIÓN FINAL
Somos tus servidores, Cristo Jesús, elegidos para ser
apóstoles, y destinados a proclamar la Buena Noticia de tu vida, muerte, y
resurrección, la Buena Noticia que es fuerza de Dios para todos los que creen.
Señor, te pedimos servirte con rectitud e corazón, sostenidos por el escudo de
la fe, movidos por la caridad. Alienta nuestro esfuerzo por conocer las cosas
de Dios. Que aprendamos de Ti la bondad y el amor sin doblez. Que podamos
mantenernos firmes en los momentos difíciles y superar las adversidades con tu
fortaleza. Pon en nuestros labios la palabra oportuna; danos libertad para dar
a conocer tu mensaje, valor para anunciarlo, y coherencia de vida para
testimoniarlo. Enséñanos a hacer todo esto orando y suplicando sin cesar
guiados por el Espíritu. Ayúdanos a descubrir y a asimilar el mensaje de tu
muerte en la cruz y tu resurrección: es escándalo y locura para muchos que con
su sabiduría no han llegado a conocer a Dios. Pero lo que en Dios nos parece
absurdo aventaja con mucho el saber de los hombres, y lo que en Dios nos parece
débil es más fuerte que la fuerza de los hombres. Señor, queremos andar por el
camino de la salvación, llevados por la sabiduría y la fuerza de Dios guiados
por su Espíritu.
7.-
CANTO. DIOS DE AMORES (Bélgica Campoverde)
Dios de amores, Santa Eucaristía,
Mira al pueblo de tu corazón.
Todo es tuyo, lo han jurado un día,
Todo es tuyo, salva al Ecuador.
Corazón de Jesús, arca de vida,
Faro y puerto, luz y salvación.
Dios de amores, Santa Eucaristía,
Mira al pueblo de tu corazón.
Todo es tuyo, lo han jurado un día,
Todo es tuyo, salva al Ecuador.
Corazón de Jesús, ves cuán sufrida,
Hoy, la Patria llora su aflicción.
Dios de amores, Santa Eucaristía,
Mira al pueblo de tu corazón.
Todo es tuyo, lo han jurado un día,
Todo es tuyo, salva al Ecuador.
Corazón de Jesús, fuente florida,
De Ti brotan aguas de perdón.
Dios de amores, Santa Eucaristía,
Mira al pueblo de tu corazón.
Todo es tuyo, lo han jurado un día,
Todo es tuyo, salva al Ecuador.
Corazón de Jesús, la Patria unida,
Por ti canta el Himno de amor.
Dios de amores, Santa Eucaristía,
Mira al pueblo de tu corazón.
Todo es tuyo, lo han jurado un día,
Todo es tuyo, salva al Ecuador.
8.- DESPEDIDA. BENDICIÓN ( Milton Pizarro)
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